La otra cara de la migración

México, una tierra de contrastes y diversidad, se ha convertido en un punto crítico para miles de migrantes que buscan un futuro mejor en tierras extranjeras. Sin embargo, para muchos de ellos, el viaje se detiene abruptamente en este país, donde enfrentan condiciones de vida desesperantes y miseria extrema.

Una de las mayores dificultades que enfrentan los migrantes en México es la búsqueda de alojamiento digno. Para la mayoría, esta búsqueda se convierte en una lucha diaria contra la adversidad y la indiferencia. Con recursos limitados y pocas opciones, muchos migrantes se ven obligados a dormir en condiciones inhumanas, desprovistos de las comodidades más básicas.

En las calles de las ciudades mexicanas, es común ver a migrantes durmiendo en el suelo de tiendas improvisadas o bajo los puentes, buscando refugio de la intemperie y la incertidumbre. Estas imágenes desgarradoras son un recordatorio sombrío de la realidad que enfrentan quienes buscan una vida mejor.

Los refugios para migrantes, aunque existen, a menudo están desbordados y no pueden dar cabida a todos los que los necesitan. En muchos casos, estos refugios son improvisados en camellones de avenidas transitadas, donde los migrantes se agrupan en condiciones de hacinamiento y precariedad.

La historia de Juan, un migrante centroamericano, es emblemática de esta realidad desgarradora. Después de semanas de viaje agotador, Juan llegó a la ciudad de México con la esperanza de obtener su cita en CBP One para cruzar a los Estados Unidos en busca de oportunidades. Sin embargo, al enfrentarse a la imposibilidad de avanzar y sin recursos para alojarse, se vio obligado a dormir en un rincón sucio y oscuro de una tienda de abarrotes, junto con otros migrantes que compartían su desesperación: «Al menos un techo» – comentan.

La situación de Juan no es única. Miles de migrantes, hombres, mujeres y niños, comparten su destino de sufrimiento en las calles de México, donde la falta de oportunidades y la indiferencia gubernamental, y de la sociedad, los condenan a una existencia marginal.

Ante esta crisis humanitaria silenciada, es urgente que se tomen medidas concretas para proteger y apoyar a los migrantes que atraviesan México en busca de una vida mejor. Sólo con una respuesta colectiva y solidaria podemos poner fin a esta tragedia humana y ofrecer un futuro digno a quienes lo merecen.